Como fotógrafo de carreras de montaña, mi trabajo empieza un o varios días antes de la carrera cuando, junto con el organizador, estudiamos el mapa evaluando los mejores puntos del recorrido. Personalmente, las carreras más interesantes para fotografiar son las que transcurren por más o menos alta montaña y que discurren por zonas apartadas de núcleos urbanos, terrenos técnicos y rutas de difícil acceso. Como, por ejemplo, la Glencoe Skyline de Escocia que ya llevo dos años teniendo el placer de inmortalizar. Primer consejo, si quieres fotografiar este tipo de carreras mejor tener un mínimo de forma física ya que te tocará caminar, y mucho.
Es septiembre y me encuentro en medio de las Highlands. Analizado el recorrido, decidimos cuántas localizaciones utilizaremos para fotografiar, teniendo en cuenta que es importante estar en la meta para cuando lleguen los primeros clasificados. Por este motivo, acordamos que habrá una localización y, si hay tiempo, también una segunda. La primera, como no podía ser de otra forma, será la mítica Curved Ridge, famosa sección técnica de la carrera. Con el plan en mente, es hora de ir a dormir. Mañana la alarma sonará a las 4:30 pero antes, última revisión del material:
- Dos cuerpos de cámara réflex
- Tres objetivos (Angular, 35mm y teleobjetivo)
- Baterías de recambio
- Tarjetas de memoria de recambio
- Funda impermeable
- Chaqueta y pantalón impermeable
- Frontal, gorro y guantes
Al final la mochila que llevaré todo el día a mis espaldas pesará unos 6 ó 7 kg. Al principio pensaba que llevar dos cámaras era una “pijada” pero me he dado cuenta que es casi imprescindible ya que te puede ahorrar tiempo y disgustos como perderte una buena foto por estar cambiando de objetivo. Lo de la ropa impermeable puede sonar muy lógico, pero os aseguro que alguna vez me he llevado sorpresas en días soleados y con una predicción buenísima. En la montaña nunca sabrás al 100% las condiciones que te vas a encontrar, ¡así que ve preparado!
¡Buenos días! ¿O buenas noches aún? Pego un salto a ritmo de alarma, al mismo tiempo que me parece que me acabo de meter en la cama. Me aseguro de que llevo suficiente comida y agua para pasar el día en la montaña: frutos secos, chocolate, fruta, bocadillo… Muchas veces puedes tirar de la comida que hay en los avituallamientos, pero no siempre los ves o no tan a menudo como te gustaría, así que mejor ir preparado. La primera localización, Curved Ridge, es una de las partes más técnicas de la carrera y de todo el campeonato. Se trata de 1 km prácticamente vertical en el que no corres, sino que trepas. Está categorizada como sección de trepada de grado 3, justo por debajo de lo que se considera escalada. Suena interesante, ¿verdad?
Empezamos la aproximación a pie hasta la base de la cresta que nos llevará unos 40 minutos. Después de algún susto pensado que ya llegaban los corredores y en verdad eran cabras montesas (suele pasar), llega el momento de empezar a subir de verdad para encontrar el punto exacto desde donde hacer las fotos. Delante nuestro se levanta una cresta vertical que promete mucho, aunque esto no le resta peligrosidad, deberemos ir con mucho cuidado. Llegamos en el punto exacto, allí arriba el aire es mucho más frío y cortante, pero de repente la magia se hace presente y me recuerda por qué estoy enamorado de mi trabajo. En el horizonte, el sol se abre paso entre las nubes y estalla bañando de dorado mi cara y todo lo que me rodea… Con los dedos helados saco mi cámara y empiezo a inmortalizar el momento. No me da tiempo a nada más cuando oigo voces confirmando que llegan los primeros corredores. Perfecto, ¡pasamos a la acción!
Me encuentro en una localización no muy cómoda, pero es espectacular. Busco mi sitio para que en el encuadre tenga al corredor en posición de trepa y que además se aprecie el entorno y la dificultad del mismo. Parámetros: en carreras me gusta dejar de lado el modo Manual y trabajar con el modo de Prioridad en la Apertura de la cámara, donde yo escojo el diafragma según la profundidad de campo que quiero tener y la cámara calcula automáticamente la velocidad de disparo. Mis aperturas favoritas son de f/2.8 para abajo, especialmente con los objetivos de la serie Art de Sigma que generan un desenfoque muy bonito. Como hay bastante luz ahora, dejo el ISO a 100, sin necesidad de forzarlo más. No obstante, si estuviera un poco nublado o yo mismo me encontrara en la sombra, lo subiría a 200 o 400. En deporte, es importante tener suficiente luz para congelar el movimiento, sobre todo, si tu intención es fotografiarles en un descenso donde irán mucho más rápido. Ráfaga rápida seleccionada, no quiero perderme ningún movimiento interesante del corredor, ya que a veces una foto puede pasar de ser buena a espectacular sólo por la posición del atleta. Esto también sirve a la hora de vender tus fotografías a los sponsors de los deportistas o a revistas. Una buena pose siempre ayuda. Otro de los aspectos a tener en cuenta es el modo de enfoque. Yo suelo utilizar el Servo (en Canon) o modo de Seguimiento que es realmente útil cuando tienes un sujeto que se acerca a ti. Funciona de manera que manteniendo el botón de enfoque pulsado donde quieras, la cámara va reenfocando a medida que el sujeto se mueve adelante o hacia atrás. Así es relativamente fácil que una persona u objeto en movimiento te quede enfocado. En el resto de situaciones suelo utilizar el método estándar.
Van pasando los corredores y yo voy cambiando, dentro de lo que puedo, los puntos de vista y encuadres. Es importante intentar tener variedad de imágenes. Como es imposible bajar por donde he subido (podría hacerlo en rápel), tengo que seguir subiendo por el mismo recorrido de la carrera hasta la cima y bajar por el otro lado de la montaña. Aprovecho mientras voy subiendo para ir fotografiando a los últimos corredores que me pasan. Una vez en la cima, sólo tengo media hora para descender un camino que andando tardaría una hora. Si quiero llegar a la segunda localización antes que los primeros corredores, debo darme prisa. Kilian Jornet, cómo no, es uno de ellos. Llego a bajo después de correr todo el tramo y las piernas me tiemblan un poco. Han sido 3 km y 800m de desnivel negativo con todo el material en la espalda. Al final decidimos que no habrá segunda localización ya que al ritmo que van los de delante, no nos daría tiempo a llegar a meta para la “photo-finish”.
En meta, esotro de los lugares donde llevar dos cuerpos de cámara es realmente útil. La primera foto interesante que tienes es la del corredor entrando por la recta final, seguramente con todos los aficionados animando detrás de las vallas. Ahí el objetivo que te irá bien utilizar será el “tele”, a partir de 100mm. Pero justo cuando el sujeto atraviese la línea de meta, ya lo tendrás demasiado cerca para ese objetivo, y ahí es cuando desearás tener puesto un angular o un 35mm. Yo, a base de pequeñas malas experiencias queriendo cambiar el objetivo demasiado rápido y perdiéndome momentos únicos, decidí tener un segundo cuerpo de cámara.
Al finalizar la jornada, en carreras de montaña como la Glencoe Skyline de Escocia, acumulas el doble o triple de kilómetros y metros de desnivel de lo que es habitual. Así que os podéis imaginar cómo acabamos los fotógrafos de deportes de montaña al terminar… Pero las experiencias y paisajes únicos que vivimos dan todo el sentido a nuestro trabajo. Y ahí quedan las fotos, para no olvidar nunca esos momentos.