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By Chaiya Garcia, escalador que con tan sólo 14 años encadenó su primera vía 8b+ y que este año quiere superar su primera 9a.
Me diagnosticaron espondilosis en la L5 a los 15 años. Una lesión en las lumbares que me apartó radicalmente de la escalada durante casi 4 años. Me quedé sin poder entrenar, sin competir, sin viajes, sin proyectos, sin ánimos. Llegué a tener un dolor tan extremo que me costaba mucho andar, no podía ir en bicicleta y mucho menos correr. Mi motivación cayó en picado. Sin poder escalar y sin poder hacer deporte, sabía que empezaba otra etapa de mi vida. Estuve mucho tiempo pensando que la escalada no era lo mío, que la vida me había hecho esto para que me apartase de ese mundo y me dedicara a otra cosa. Por suerte tenía dos amigos en casa, el piano y la flauta travesera, con los que el tiempo pasaba más rápido. Me sentaba en el piano y empezaba a componer, a improvisar. Adaptaba mis dedos al piano, tecla a tecla, junto con los pies en los pedales, para que todo fluyera y fuese al compás. Sentía que era muy parecido a escalar, pues mis dedos también tienen que adaptarse a las formas de la roca, junto con todo el cuerpo, yendo al compás de la vía para poder encadenar.
Después de muchas sesiones de rehabilitación y de muchos ejercicios, el dolor en mis lumbares iba disminuyendo y mi motivación iba aumentando. Finalmente, llegó el día que tanto esperaba. El médico me dio permiso para poder empezar a moverme poco a poco y volver a escalar. Así fue, al día siguiente ya estaba en las paredes. Pensaba que sería fácil, que en poco tiempo ya estaría otra vez a tope, pero después de tanto tiempo, me costó mucho, psicológica y físicamente, volver a tener el nivel que tenía antes, pues mi fuerza y mi resistencia estaban casi por los suelos. Visualizaba las vías y sabía perfectamente cómo resolverlas, pero mi cuerpo no aguantaba, estaba débil. La motivación que había conseguido se desvanecía al sentirme tan cerril al escalar.
Al final supe que debía entrenar fuerte y duro para volver al grado en que estaba antes. Así que me propuse varios objetivos, a corto y largo plazo. Objetivos de los cuales sabía que, si cumplía, la motivación aumentaría. De este modo los entrenamientos y sacrificios cobraban más sentido. Me propuse entrenar bien y empezar de cero. Empezar por poner bien los pies, por equilibrarme con todo el cuerpo para no utilizar tanto la fuerza de los brazos y por moverme con técnica para reservar energías para los siguientes pasos.
Os dejo siete consejos que, personalmente, me ayudaron mucho a progresar y a mejorar mi resistencia, mi fuerza y, sobretodo, a mantener y aumentar mi motivación.
- El principio básico para empezar a escalar es intentar mantener el peso del cuerpo con los dedos de los pies y no con los dedos de las manos, ya que los músculos de las piernas son más fuertes que los de los brazos. Se debe tener en cuenta que, en este deporte, ningún movimiento es igual, es decir, no hay ningún paso dónde ejerzas la misma fuerza en las extremidades.
- Debemos observar y visualizar la vía antes de subir, intentar resolver los movimientos y todas las secuencias desde el suelo, o antes de empezar dichos pasos, imaginándonos como colocaremos el cuerpo y como repartiremos las fuerzas en cada extremidad para avanzar por la pared. Así mismo, antes de subir, nos fijaremos en dónde colocaremos los pies para poder soportar todo nuestro peso y conseguir así reservar fuerzas en los brazos para los pasos que vendrán más adelante. La visualización es importante porque cuanto más tiempo pases en la pared pensando las formas para superar ciertos pasos, más cansado y fatigado acabarás.
- Escalar con ritmo es crucial, dado que si asciendes rápido y fluido, ahorras energía, estás menos tiempo colgado en la pared y, por la cual, te cansas menos. Desarrollar un buen ritmo ayuda mucho a agilizar la mente para organizar la posición de las diferentes extremidades, y por su efecto, la posición general de todo el cuerpo en cada movimiento para poder así escalar fluidamente y ahorrar fuerzas para los siguientes pasos.
- La respiración es esencial. A menudo, en pasos muy difíciles o en movimientos que están por encima de nuestro nivel, no respiramos bien o directamente no respiramos. Nuestros músculos necesitan oxígeno para poder hacer el esfuerzo que deseamos, así que preocuparse de mantener una respiración rítmica y regular ayudará también a que la sangre contenga más oxígeno, hecho que hará que tengas más resistencia y puedas dar algunos pasos más.
- Buscar proyectos nuevos, es decir, intentar encadenar vías más duras del nivel que estás acostumbrado. Así podrás ver reflejado tu progreso en el proyecto, de manera que cada día te saldrán más pasos o encontrarás nuevos métodos para poder ascender por esa ruta con más facilidad. Esto ayuda mucho a mantener y a aumentar la motivación porque sientes y notas la mejora del entrenamiento.
- El poder de la mente. Muchas veces no le damos importancia a entrenar nuestra mente, puesto que pensamos que la fuerza y la técnica lo son todo, pero estamos totalmente equivocados. Nuestra mente condiciona nuestra forma de escalar y nuestro rendimiento día a día. Es lo más normal pensar que si caemos nos podemos estrellar contra la pared o contra el suelo, pero debemos ser muy críticos, analizar cada situación y valorar si habrá una buena o mala caída.
- También necesitamos sentirnos seguros, por ello debemos confiar en plenitud con el asegurador, en caso de hacer deportiva, o en el porteador, en caso de hacer bloque. Y, sobre todo, es muy importante revisar que el material esté en perfectas condiciones, ya que todo esto te proporcionará tranquilidad, seguridad y confianza. Con esto, ayudarás a que el cerebro se concentre y que sólo piense en resolver las secuencias de movimientos que vienen por delante.
Me gustaría acabar diciendo que el miedo a caer o el miedo a fracasar son los dos factores más comunes que rodean el mundo de la escalada, pero tenemos que aprender a controlarlos conviviendo con ellos. El miedo es un mecanismo de defensa que se delata al ver posibles situaciones de peligro. El miedo es natural, pero es opcional.