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By Bryan Juan Tavira, coordinador del área de rendimiento de bewolfish. Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y Máster en Rendimiento y Tecnificación de alto rendimiento deportivo.
Muchos de los futbolistas profesionales del panorama actual han jugado desde pequeños en equipos con grandes entrenadores y jugadores en los que han podido desarrollar un alto nivel futbolístico de base. Pero este no es un factor que garantice siempre el éxito ni es la clave para llegar a primera división. Es decir, muchos futbolistas formados en canteras de equipos que no son de primer nivel han jugado también en primera división gracias a su dedicación y esfuerzo. Un ejemplo reciente, y que todo futbolista conocerá, es el caso de Jamie Vardy.
Jamie Vardy no es el jugador talentoso y mágico que todo aficionado al fútbol le gustaría ver, pero es el jugador trabajador e inteligente que todo equipo y compañero le gustaría tener. ¿Por qué? Muy fácil, porque ha conocido y potenciado sus virtudes, porque sabe en todo momento qué debe hacer para rendir al máximo dentro del campo y ayudar al equipo y, más importante todavía, porque sabe de dónde viene y el trabajo que le ha costado llegar hasta aquí.
«El futbolista inglés no se formó en equipos
de primer nivel y debutó en la Premier
League a los 27 años (en 2014)»
Vardy lo tiene claro: “yo sólo quiero seguir jugando al futbol todo lo que pueda, porque es lo que siempre he hecho. Para ser sincero, mi rendimiento es el reflejo de lo que soy, estoy feliz en mi club sabiendo que estoy trabajando en lo que realmente me gusta”. El futbolista inglés, referente para muchos jugadores, no se formó en equipos de primer nivel y debutó en la Premier League a los 27 años (en 2014). ¿Cómo lo logró? Analicemos su trayectoria…
Jamie Vardy jugó en las categorías inferiores del Sheffield Wednesday hasta los 16 años dónde, a pesar de ser el goleador de su equipo, los dirigentes del club decidieron rescindirle el contrato. Le dijeron: “eres muy pequeño y hemos decidido no contar contigo”. Vardy se quedó sin equipo de un día para otro, lo que supuso un golpe muy duro que le costó de gestionar, principalmente porque tuvo que hacerlo solo. Vertió su rabia en la calle y tras varios conflictos la policía le obligó a llevar una tobillera electrónica durante un año y le pusieron toque de queda.
Ya con 21 años, Jamie maduró y, pese a haber pasado cuatro turbulentos años, decidió no bajar los brazos y hacer un cambio en su vida. En 2007 volvió a su carrera futbolística con el Stocksbridge Park Steels dónde ganaba 30 libras semanales (34 euros aproximadamente) mientras trabajaba en una fábrica. Tras tres temporadas, cambió a un equipo de la séptima división inglesa, el Halifax Town, y en tan sólo una temporada se convirtió en el máximo artillero del equipo con 27 goles. Éste hecho hizo que un equipo de 5ª división inglesa, Fleetwood Town, decidiera fijarse en él. Jamie no defraudó, quedó campeón con el equipo marcando 30 goles en esa temporada.
Entonces fue el Leicester City quien decidió apostar por él en 2012 cuándo estaban en la segunda división inglesa. Juntos ganaron la Championship en la temporada 2013-2014 y fue entonces cuando llegó su debut en la Premier League, el mismo año en que Roy Hodgson le convocó con la selección nacional. Jamie pasó de disputar el descenso en el primer año, a ganar la Premier League en su segunda temporada en la liga inglesa dónde, además, superó el récord de Ruud Van Nistelrooy en marcar durante ¡11 partidos consecutivos! Esa misma temporada, a sus 29 años, Jamie Vardy fue elegido XI ideal de la Premier League.
Actualmente Jamie, a sus 31 años, ha jugado en la mayor competición europea de clubs, la Champions League, y va a disputar su primer Campeonato Mundial con la selección inglesa. Del Sheffield Wednesday a la Primer League, la Championship y el Mundial.
Una inspiradora historia que nos deja varias reflexiones: la primera es que si realmente sabes a donde quieres llegar, no debes tirar nunca la toalla, aunque el camino no sea fácil. Debes estar preparado para cuando llegue el momento decisivo, aunque se lleguen varios momentos decisivos. La segunda es que Jamie nos demuestra que un futbolista puede formarse en categorías semiprofesionales y pasar a jugar en las mejores competiciones del mundo. Jamie no empezó jugando en las mejores academias futbolísticas ni era un jugador espectacular, pero logró el sueño de debutar en las máximas competiciones a base de esfuerzo y dedicación.
«Si analizamos cuántos Messi existen
y cuántos futbolistas juegan en una
primera liga europea, veremos que hay
más Jamie Vardy que Leo Messi»
Aunque parezca un caso excepcional, no es así. De hecho, si analizamos cuántos Messi existen y cuántos futbolistas juegan en una primera liga europea, veremos que hay más Jamie Vardy que Leo Messi. Me gustaría hablar de dos casos de éxito más de la provincia de Girona que siguen este mismo patrón.
Un primer caso es el de Damià Abella, jugador que empezó en el futbol base del Figueres y el Peralada. No fue hasta la temporada 2003-2004 cuándo debutó en 2aB de la mano de Pere Gratacós en el Figueres. Seguidamente, el entrenador se incorporó al FC Barcelona B y, confiando en la proyección de Damià, se lo llevó al club azulgrana. Debido a las lesiones de los jugadores, esa misma temporada debutó en el primer equipo. Posteriormente, fichó por el Racing de Santander dónde jugó en primera división.
Sus siguientes años los pasó en el Real Betis dónde jugó nada más i nada menos que cuatro temporadas. Posteriormente fichó durante cuatro temporadas más por el Osasuna. El jugador nacido en Olot finalizó su carrera futbolística en el Middlesbrough inglés dónde finalmente se retiró debido a las continuas lesiones que sufría.
Otro caso más reciente es el de Àlex Granell. Granell comenzó su formación con tan sólo cinco años en las categorías inferiores del Girona. Tras varios años de aprendizaje, a los 16 lo descartaron para seguir jugando en el club rojiblanco, así que tuvo que seguir formándose fuera del club. En 2007 jugaba en segunda catalana con el Farners.
«Nadie puede deciros con certeza que no
podréis cumplir vuestros sueños, los límites
están dónde vosotros decidáis ponerlos»
Ascendió una categoría para jugar en el Palafrugell, que se encontraba en aquel momento en Primera Catalana. Posteriormente comprobó la dureza de la Tercera División española militando en las filas del Banyoles, Manlleu, Llagostera y Olot, y de Segunda B jugando para el Llagostera, el Cádiz y el Prat. Pasó por todos estos equipos antes de poder cumplir su sueño como futbolista profesional, el de volver al club de sus orígenes, el Girona.
Con 26 años debutó en 2ª División y después de tres temporadas de vértigo en las que vivió salvaciones del descenso y la frustración de quedarse en las puertas del ascenso en los últimos minutos, por fin, a sus 29 años, consiguió cumplir su sueño, el de jugar en la máxima categoría española. En su primera temporada en la Primera División nacional, han conseguido salvar la categoría con varias jornadas de antelación habiendo disputado posiciones europeas hasta el final.
Estos tres grandes futbolistas nos demuestran que el éxito no entiende de espacios de tiempo, ni de edad, ni de talento, ni de categorías. Sino de sacrificio, esfuerzo, confianza y perseverancia. Nadie puede deciros con certeza que no podréis cumplir vuestros sueños, los límites están dónde vosotros decidáis ponerlos.